Para mí tener una dula significó contar con apoyo y guía antes, durante y después del parto, donde pude externar mis deseos de lo que esperaba. Durante el proceso del parto, estuvo conmigo por lo cual me sentí segura con alguien de confianza que me acompaño y estuvo pendiente de mis necesidades tanto emocionales como físicas, lo cual agradezco mucho, ya que ello me ayudó a sobre llevar la labor de parto tanto con masajes, guiándome con respiraciones y posiciones más favorables, así como con palabras de ánimo, que hicieron más llevaderas las contracciones y los miedos que tenía.
Realmente sí noté una gran diferencia en las contracciones con su apoyo, en las cuales me ayudó a reducir y manejar el dolor y las que tuve sin ella, en las cuales el dolor fue más intenso.
Agradezco que estuvo conmigo y con mi pareja en todo momento, que me dio palabras de aliento cuando estuve feliz, desesperada, cansada e incluso triste y siempre muy pendiente hasta que tuve a mi bebé entre mis brazos."
Berenice